Según World Shipping Council, la principal ruta marítima en el comercio internacional es la de Asia – América del Norte. Esto es debido a que China y Estados Unidos son los dos países que más movimiento generan en el comercio marítimo global, siendo el principal exportador e importador, respectivamente. Pero, ante la actual tensión comercial entre estos dos países ¿cómo se ve afectada la industria marítima?
Desde el pasado año, se dio inicio a lo que se califica como una guerra comercial entre Estados Unidos y China. La primera acción la llevó a cabo Estados Unidos al implementar el cobro de aranceles a más de mil bienes de origen chino, fundamentando su decisión en supuestas prácticas comerciales desleales de parte de China.
En respuesta, el país asiático reaccionó de igual forma, aplicando también un aumento arancelario a 120 tipos de productos provenientes de Estados Unidos. Desde entonces, varias acciones y reacciones del mismo tipo se han venido haciendo efectivas, pero se prevé que las sanciones escalen intensidad, pues ninguna de las partes cede en las negociaciones.
Mientras tanto, en medio de esta disputa se encuentra una red de puertos, navieras, y demás proveedores de la cadena de suministro, sintiendo los efectos, tanto positivos como negativos, de esta tensión comercial.
¿Cuál ha sido el efecto de esta guerra en la industria marítima?
Sin ninguna duda, en toda guerra comercial se reducen las importaciones y exportaciones desde y hacia los países en conflicto, por lo que entre los principales afectados están las empresas navieras. Al ocurrir una disminución en el volumen de carga se generan variaciones en las tarifas, lo cual pasa a ser entonces otro factor por el que las tarifas de fletes varían constantemente, especialmente en las rutas que involucran a ambos países.
Para Maersk, por ejemplo, el crecimiento del volumen de contenedores fue menor al esperado en la segunda mitad de 2018. Además, en el primer trimestre de este año registró pérdidas de 659 millones de dólares americanos (589 millones de euros), con una disminución de 2.2% del volumen, aunque paradójicamente sus ingresos aumentaron en 1,7%. De igual forma, Maersk continúa advirtiendo sobre el impacto de las tensiones comerciales y las subidas de los aranceles en la industria marítima.
Pero no todos pierden. Países como México han aprovechado la tensión para expandirse dentro del mercado norteamericano, incrementando el intercambio comercial en un 3% tan sólo en el primer trimestre de este año, según datos del FMI.
Grandes actores de la industria marítima que actualmente operan en China, están mudándose a México o abriendo sedes de operaciones en ese país centroamericano, para evitar verse afectados por las sanciones estadounidenses. Tal es el caso de Fuling Global (fabricante chino de utensilios plásticos y de papel) y de GoPro (fabricante de cámaras de acción) quienes anunciaron su llegada operacional a Monterrey y Guadalajara, respectivamente.
Con ese tipo de decisiones empresariales, es fácil prever un aumento en la actividad portuaria mexicana que, además ahora cuenta con la escollera poniente más larga de América Latina en el puerto de Veracruz. Esto resulta muy propicio para recibir un aumento en su flujo logístico operacional, aprovechando su estratégica localización en el golfo con conexiones de transporte marítimo que llegan hasta el norte, el centro y el sur de América, Europa y África.
Por ahora no se vislumbra que esta guerra de aranceles vaya a cesar a corto plazo, así que tendremos que esperar para conocer qué otras consecuencias trae para la industria marítima y qué oportunidades brindará para las empresas del sector.